La angustia de separación en el regreso a clases
- MindQuest

- 1 sept
- 2 Min. de lectura

A lo largo de la vida, todos atravesamos un sinfín de separaciones: dejar el pecho o el biberón, empezar la escuela, mudarnos de casa, terminar una relación, perder un trabajo, despedirnos de un ser querido… incluso el nacimiento mismo puede entenderse como la primera gran separación.
Cada una de estas experiencias marca un antes y un después en nuestra vida. Y aunque la separación es parte natural del crecimiento, casi siempre despierta un gran sentimiento de angustia.
SEPARARSE EN LA INFANCIA
Cuando los niños entran a la escuela, se enfrentan a una de sus primeras separaciones importantes: dejar por unas horas a mamá, papá o sus cuidadores para entrar en un mundo nuevo, con otros niños y adultos. Para algunos, esto puede sentirse como algo devastador: miedo a perder a sus padres, culpa (“¿me pasa porque hice algo malo?”) o desconfianza (“¿y si no regresan por mí?”). Si el niño ha vivido una relación temprana donde se sintió atendido y sostenido, podrá ir construyendo la confianza interna de que la figuras principales existen, incluso en la ausencia. Esa certeza es la que lo ayudará a tolerar poco a poco las separaciones que vengan en el futuro.
¿QUÉ OCURRE CON EL REGRESO A CLASES?
El primer día de escuela, o el regreso después de vacaciones, reactiva en muchos niños esa angustia de separación. El llanto, los dolores de estómago o la resistencia a entrar al salón no son simples “caprichos”, sino expresiones de un miedo profundo.
Al mismo tiempo, los padres también atraviesan su propio desafío: soportar la angustia de ver a sus hijos sufrir, resistir la tentación de “rescatarlos” y confiar en que podrán ir elaborando esta experiencia.
ACOMPAÑAR EN LA ANGUSTIA
No se trata de negar lo que el niño siente, sino de:
• Reconocer su miedo y validarlo.
• Transmitirle con palabras y gestos que la separación es temporal y habrá reencuentro.
• Darle la seguridad de que su mundo interno puede sostenerse incluso en la ausencia.
LA SEPARACIÓN EN OTRAS ETAPAS DE LA VIDA
La angustia de separación no desaparece en la vida adulta: se reactiva con cada pérdida, ruptura o cambio. Lo que aprendemos en la infancia sobre separarnos de quienes queremos influye en cómo enfrentamos esos momentos después.
Por eso, acompañar a los niños en sus primeras separaciones no solo los ayuda a entrar a la escuela, sino también a construir recursos internos para toda la vida.
El regreso a clases puede vivirse como una oportunidad: no solo para aprender materias nuevas, sino para que padres e hijos elaboren juntos la experiencia de separarse, confiar y reencontrarse.



Comentarios