
Tengo cinco años de experiencia como psicoterapeuta. Aunque mi deseo de dedicarme a esto ha estado conmigo desde mucho antes, cuando comprendí la importancia que tiene en el desarrollo de un niño o un adolescente, el experimentar un espacio seguro: un lugar donde puedan ser escuchados, donde puedan ser, equivocarse, hablar, quedarse callados si lo necesitan o expresar sin miedo lo que les sucede. Un espacio de acompañamiento y de escucha atenta.
Tener la posibilidad de ofrecer ese espacio dentro de mi consulta es lo que siempre ha motivado mi trabajo.
Durante mi práctica, he acompañado a niños, adolescentes y adultos en procesos relacionados con ansiedad, depresión, duelos, dificultades vinculares y familiares, separaciones, problemas de conducta y otras problemáticas emocionales que afectan su bienestar.
Cada proceso que acompaño, el trabajar con diferentes edades y problemáticas, me ha permitido comprender la complejidad de los procesos emocionales y relacionales. Por eso, me esfuerzo en ser una terapeuta cada vez más capaz, comprometida con ofrecer un espacio donde se respete la singularidad de cada historia, y brindar un acompañamiento cada vez más cercano y efectivo, que ofrezca herramientas para un mayor bienestar.





