El inicio de un nuevo año nos invita a reflexionar sobre nuestro futuro, a establecer nuevas metas y a crear cambios en lo que ya no nos sirve. Sin embargo, a veces, ciertos aspectos del pasado, tanto los buenos como los dolorosos, siguen acompañándonos. Aunque el calendario marca un año nuevo, nuestras experiencias previas, las cosas pendientes y las emociones no resueltas siguen influyendo en nuestra vida diaria.
El pasado no se desvanece simplemente con el cambio de fecha; siempre está presente en lo que pensamos, sentimos y hacemos. Las experiencias pasadas quedan grabadas en el inconsciente, guiando nuestras decisiones, relaciones y cómo nos enfrentamos a los desafíos de la vida.
Las experiencias tempranas que no hemos procesado completamente pueden quedar atrapadas dentro de nosotros, influenciando nuestra vida sin que lo sepamos. Se manifiestan a través de nuestros miedos, inseguridades o en las expectativas que tenemos sobre lo que podemos o no podemos lograr. Por eso, el inicio de un nuevo año puede ser un buen momento para examinar cómo el pasado sigue afectando nuestras metas y deseos.
Es común que, al comenzar el año, muchas personas sientan la necesidad de "reinventarse" y hacer grandes cambios en sus vidas. Sin embargo, cuando el cambio se percibe como una amenaza para nuestra identidad o cuando no estamos preparados para enfrentarlo, la resistencia puede manifestarse de diferentes formas, como la falta de tiempo o la creencia de que las metas no son tan importantes después de todo. Y, a menos que hagamos un trabajo consciente sobre los patrones que nos limitan, existe una tendencia a la repetición. Sin darnos cuenta, podemos caer nuevamente en los mismos errores, conductas o dinámicas en nuestras relaciones que no nos benefician.
El cierre del año puede traer consigo sentimientos de pérdida, no solo por lo que se ha ido o hemos perdido, sino también por lo que no hemos logrado. El duelo, en este caso, no es solo por pérdidas externas, sino también por las expectativas que teníamos sobre nosotros mismos.
Es por esto que, además de comenzar el año con nuevos objetivos, es importante primero reflexionar sobre lo que nos impide avanzar y qué aspectos del pasado necesitamos revisar. El inicio de un nuevo año es una oportunidad para reflexionar, no solo sobre lo que queremos lograr, sino también sobre lo que nos ha traído hasta donde estamos. ¿Qué patrones del pasado aún nos están afectando? La psicoterapia nos ofrece la posibilidad de mirar hacia adentro, comprender lo que nos mueve y lo que nos limita. Así, más allá de hacer simplemente propósitos de Año Nuevo, podemos aprovechar esta oportunidad para revisar y comprender el pasado, y permitirnos avanzar con mayor propósito.
Comments